22 de junio de 2008
Las declaraciones del presidente del Senado, Adolfo Zaldívar, quien llamó a terminar los juicios a militares vinculados a casos de derechos humanos, alentaron una esperanzadora reacción de procesados y condenados, quienes acusan diversas irregularidades en las causas por las cuales están siendo investigados o cumpliendo sentencia.
Los juicios a los militares deben terminarse a la brevedad (...) Es una materia que se arrastra, que se usa políticamente y que nos mantiene anclados al pasado". Las declaraciones del presidente del Senado, Adolfo Zaldívar, defensor de los derechos humanos durante los primeros años del régimen militar, si bien fueron leídas con sorpresa en el mundo político, no han tenido aún seguidores en el oficialismo, por lo menos públicamente. Donde sí calaron hondo, como es lógico, fue en los militares procesados y condenados, en sus familiares y amigos, y en las instituciones que los reúnen. Varios enviaron cartas de agradecimiento a Zaldívar, como el Centro de Generales en Retiro. Pero las expresiones del parlamentario fueron especialmente analizadas e interpretadas en una nueva institución: la Cruzada por la Reconciliación Nacional (CREN). Allí fueron consideradas "con un sentido de esperanza", como dice uno de sus miembros, el general (r) Gonzalo Santelices, quien en los mismos días en que debió renunciar (febrero) a la novena antigüedad del Ejército, se ofreció para "mover a las buenas personas y crear una nueva corriente de opinión". Integran el CREN civiles y militares provenientes de las directivas de egresados entre los años 1954 y 1974 de la Escuela Militar, más algunas promociones de la Escuela de Suboficiales. Es decir, la generación relacionada con las medidas de seguridad del régimen militar. Aspira a lo que llama "Justicia justa": la aplicación de las leyes vigentes. En su estructura inorgánica, basada en la participación (las 50 personas más activas representan a más de mil), sistematizó, actualizó y ordenó los datos dispersos con el objetivo de sensibilizar a la sociedad y crear conciencia respecto de este tema. Así elaboró un grueso documento con casos humanos, judiciales y cifras, y por el cual ha tomado contacto con obispos, el gran rabino, el gran maestro de la masonería, pastores de la iglesia evangélica y políticos. Entre ellos Adolfo Zaldívar, a quien le enviaron -junto a otros senadores que lo apoyaron en el hemiciclo- una carta en que le agradecen "su valiente y oportuna intervención en el Senado, la que, sin dudas, ha sido un significativo apoyo a nuestra misión". En esa carta le dicen que "en las más de 300 causas los tribunales han dictado 1.165 autos de procesamiento, destruyendo la vida de cientos de integrantes de las FF.AA. y de Orden, además de Investigaciones, Gendarmería y civiles, en temerarios e ideologizados procesos". Tienen además redactada una carta pública en la que dicen que "es un deber del Estado y de la comunidad hacer justicia a los que no actuaron bien, de uno y otro lado, de acuerdo con la ley en vigor, pero al mismo tiempo se debe buscar la reconciliación y el perdón". No descartan reunirse con abogados de derechos humanos. Han visitado a los condenados y se han reunido con esposas de los militares detenidos, lo cual produjo una catarsis en que se escucharon dramáticos relatos, algunos de los cuales reproducimos aquí. El CREN elaboró un grueso documento con casos humanos, judiciales y cifras, y por el cual ha tomado contacto con obispos, el gran rabino, el gran maestro de la masonería, pastores de la iglesia evangélica y políticos. "Nos pareció muy interesante lo del senador Zaldívar. Tiene en este tema una visión amplia, de estadista, actúa con valentía política, digna de todo respeto, y nos representa a muchos", afirma Santelices. General (r) Gonzalo Santelices: "Hay un elástico que se está estirando" "He cooperado con la Justicia haciendo las declaraciones que me pidió el juez", resume el general (r) Gonzalo Santelices. Juzgado públicamente, en febrero puso fin a sus 34 años de carrera en el Ejército por hechos que repudia (conducir a un pelotón de fusilamiento en el norte) y por cuales no está sometido a proceso. Ahora es uno de los más activos integrantes del CREN. -No estamos pidiendo que no se haga justicia, pero sí una real. El grueso de la sociedad mira para el lado. Hay que ponerse la mano en el corazón y ver que realmente hay un drama gigantesco. Los derechos humanos se han ideologizado y hoy también hay violaciones en el campo militar", explica. Prosigue: "Ya llevamos cinco suicidados. No hay debido proceso, existen persecuciones, funas, graves enfermedades que crean casos humanitarios y están las condiciones carcelarias. Hay un tremendo drama familiar, ya que no pueden ayudar a sus hijos". -Pero así es con todos los presos. -Sin duda, pero con un debido proceso... Por eso nos pareció muy interesante lo del senador Zaldívar. Tiene en este tema, en este tema (recalca) una visión amplia, de estadista. Y, como entonces, actúa con valentía política, digna de todo respeto, y nos representa a muchos. Nos da esperanzas porque éste es un tema más político que judicial. Fue el Presidente Aylwin el que creó la ficción del 'secuestro permanente'. Bastaría mantener la ley de amnistía original y que los tribunales dejen de recibir injerencias políticas". -¿En qué ayuda la CREN? -Antes nadie se había preocupado de las familias. Al sentirse acogidas, ahora las señoras se reúnen para apoyarse mutuamente. Es increíble que uno ahora vea una realidad que cuando está activo se desentiende. Doy gracias a Dios por lo que me pasó, porque me permitió ver esta realidad. Tengo fe que un día la Iglesia, así como creó la Vicaría de la Solidaridad, también cree una vicaría para este lado. Hay un elástico que se está estirando. No vaya a resultar de esto una locura, como una rebeldía. -¿Están conscientes de que atentaron contra los derechos humanos? -No negamos el hecho. Pero no podemos devolver el mal con el mal. No han servido de nada los esfuerzos de las FF.AA., incluida la Mesa de Diálogo y el 'nunca más'. Han pasado 35 años y estamos entrampados. El senador Zaldívar ofreció una visión que esperamos siga el mundo político. Siete procesados con enfermedades: General (r) Arturo Álvarez Sgolia: 84 años, operado de cáncer prostático, enfisema pulmonar, sin mejoría. General (r) Manuel Contreras Sepúlveda: 79 años, colostomía de colon, diabetes mellitus grado 2, insuficiencia renal (sólo un riñón, al 50%), hipertensión arterial. Brigadier de Ejército (r) Gustavo Marzal: diabetes mellitus grado 3, dializándose, ceguera incipiente. Vicealmirante (r) Adolfo Walbaum Wieber: 87 años, obstrucción pulmonar crónica, artrosis severa en rodilla, accidente vascular encefálico isquémico, daño hepático crónico, adenoma prostático obstrutivo, depresión. Vicealmirante (r) Guillermo Aldoney Hansen: 81 años, diabetes, sordera, hipertensión controlada. Capitán de navío (r) Sergio Barra Von Kretschmann: 84 años, accidente vascular antiguo, gastrectomía parcial, tumor vesical, adenoma prostático, tabaquismo. Capitán de navío (r); Ricardo Riesco Cornejo: 60 años, síndrome de Lerich rodilla derecha. Procesos a militares, según la CREN EN SUMARIO 269 (en estado de investigación). EN PLENARIO 6 (en etapa de acusación y prueba). EN APELACIÓN 14 (con sentencia en primera instancia y el fallo se encuentra impugnado). EN CASACIÓN 16 (fallo impugnado por adolecer de algún vicio de forma o fondo). EJECUTORIADOS 22 TOTAL: 327 Además: Armada: 15 llamados a declarar, seis procesados y un condenado. Fuerza Aérea: 8 procesados. Carabineros: 426 llamados a declarar, 92 procesados, 20 condenados y 7 condenados con pena remitida. Investigaciones: 2 procesados y 2 condenados en primera instancia. Tres testimonios de uniformados detenidos: "Es todo una farsa, pero no hay a quién recurrir" Caso del Capitán de Carabineros (r) Alex Cantín Leyton: "Fui sobreseído definitivamente por la aplicación de la amnistía y la prescripción. Las resoluciones fueron aprobadas por la Corte de Apelaciones de Antofagasta e incluso se rechazó, por la Suprema, un recurso de queja interpuesto contra una de ellas. "Tales sobreseimientos definitivos producen cosa juzgada criminal, por lo cual resulta arbitrario e ilegal que ahora, a más de 12 años de dictadas esas resoluciones, se pretenda procesarme de nuevo por los mismos hechos por un ministro de fuero. "El juez Guzmán me sobresee, la parte contraria alega y perdemos; dos años después (2005) se dicta un auto de procesamiento en mi contra por los mismos hechos conocidos y sobreseídos, apelamos y se aplica la prescripción de los hechos por tercera vez. Hoy (2007) se pide que se me procese por cuarta vez y nuevamente apelamos y perdemos. Se revoca la prescripción del 2005, pues los magistrados estiman que hay hechos nuevos. La pregunta es: si dichas declaraciones ya fueron fundantes en el auto de procesamiento de 2005 de qué hechos nuevos están hablando? Es decir, es todo una farsa, pero no hay a quién recurrir". Otro caso, Subteniente de Ejército Hernán Ovalle Hidalgo (se refiere a él en tercera persona): "Alrededor del 14 o 15 de septiembre de 1973, la unidad en la cual se encontraba el Sbte. Ovalle fue enviada a prestar seguridad a la fábrica Sumar (dos meses)... El año 2002 se encuentra inmerso en el mundo civil, y en esta fecha se inicia el proceso al cual es llamado a declarar, por primera vez, 29 años después de ocurridos los hechos. "Siempre prestó gran colaboración en la parte investigativa de la causa, actuando con la seguridad que otorga la conciencia tranquila al saberse inocente (...) Finalmente, el Sr. Ovalle fue sentenciado por el Sr. ministro Jorge Zepeda a cumplir la pena remitida de 5 años de presidio en calidad de cómplice de homicidio calificado, sin existir o comprobarse la persona del autor de tales hechos ni las circunstancias en que ocurrieron las muertes de tres trabajadores cuyos cadáveres aparecieron en la carretera General San Martín (...) Procesalmente no tuvo juicio justo, ya que el principio de inocencia jamás le fue aplicado; para establecer su participación bastó que un grupo de personas se concertara, mencionara su nombre y apellido, aunque señalaran abiertamente que no lo podrían reconocer (...) La Corte Suprema rechazó el recurso de casación (...) Se subió la condena de 5 años con pena remitida a 12 años de prisión efectiva, provocando el asombro en los ámbitos judiciales, incluidos los abogados querellantes, por haberse constituido una situación inédita: consiste en castigar a un supuesto cómplice de un crimen para el cual no hay autor". El Capitán (I) de Carabineros, que cumplió condena en Punta Peuco y la Penitenciaría de Santiago: "Deseo compartir la experiencia de un Sr. oficial que estuvo recluido en Punta Peuco, condenado a cinco años y un día por la muerte de un sujeto de nacionalidad peruana que no se detuvo en horas del toque de queda, en avenida Matta, en 1984. "El trato de los gendarmes en general es terrible, los oficiales y carabineros son tratados peor que los delincuentes y criminales. Registros permanentes, los hacen desnudarse a cada rato, no permiten uso de celulares, pero los que tienen son vendidos por los propios gendarmes en 25 mil pesos cada uno (...) En Punta Peuco no tienen ningún derecho extrapenitenciario. "Cuando están enfermos no los atiende un médico, no se le da importancia, menos en caso de un problema dental, y cuando logran una hora después de meses para el dentista, éste lo único que hace es extraerle la pieza. Este oficial perdió todos sus dientes del maxilar izquierdo. "(...) Al interior de la Penitenciaría la vida es miserable, no hay suficientes camas, los más indefensos duermen en los pasillos sólo con una frazada, se vende todo tipo de drogas, especialmente pasta base, todos la usan, la proveen los propios gendarmes, todo vale mil pesos, la comida es incomible, las ollas se suben por la escalera y como ellos estaban en el quinto piso, ya no se podía servir, le habían robado las presas, tenían escupos y otras porquerías. "Este oficial, que cumplió la totalidad de la pena por un delito que no reconoce haber cometido, está destruido; está en libertad, pero sufre una tremenda depresión, desconfía de todo y cree que lo persiguen.
Fuente: Mauricio Carvallo
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